Dentro de una pera
vivía un gusano,
si tenía hambre
le daba un bocado.
Tanto, tanto, tanto
la mordisqueó
que al cabo de un tiempo
sin casa quedó.
Después de recitar esta poesía, pintamos la pera de verde utilizando el pincel, que estamos aprendiendo a coger adecuadamente, intentando pintar dentro del dibujo sin salirse mucho del borde. Y cada día lo vamos haciendo mejor y con más cuidadito, y protegidos con nuestros babis. ¡Cómo nos gusta pintar!